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ALTAZOR

Altazor o el viaje en paracaídas, o simplemente Altazor, es la obra cumbre del poeta chileno Vicente Huidobro, publicada en Madrid en 1931.” Así inicia Wikipedia la respuesta al ser consultado sobre Altazor. Es decir, esta palabra es una creación de Vicente Huidobro, es una creación del poeta, es una palabra única, un lenguaje propio. Según Wikipedia, “en esta obra Huidobro expone un lenguaje que rompe los esquemas clásicos”.

En ¡NON SERVIAM!, uno de sus manifiestos literarios, Vicente Huidobro declaró: “¡No te serviré!”, dirigiéndose a la Madre Natura. El poeta lanza al mundo su “declaración de independencia frente a la naturaleza. Ya no quiere servirla más en calidad de esclavo.” Y en otra parte del mismo texto dice: “Hemos aceptado, sin mayor reflexión, el hecho de que no puede haber otras realidades que las que nos rodean, y no hemos pensado que nosotros también podemos crear realidades en un mundo nuestro, en un mundo que espera su fauna y su flora propias." En su ARTE POÉTICA, de 1916, Vicente Huidobro declara que “el Poeta es un pequeño Dios”.

Dice Huidobro en LA CREACIÓN PURA “que toda la historia del arte no es sino la historia de la evolución del Hombre-Espejo hacia el Hombre-Dios”. También señala que “la tendencia natural del arte es separarse más y más de la realidad preexistente para buscar su propia verdad”. Y confiesa que esta idea del artista como creador absoluto, del Artista-Dios, se la sugirió un viejo poeta aimara que escribió: “El poeta es un dios; no cantes a la lluvia, poeta, haz llover.”

Augura en el mismo manifiesto que “la época que comienza será eminentemente creativa. El Hombre sacude su yugo, se rebela contra la Naturaleza como antaño se rebelara Lucifer contra Dios, a pesar de que esta rebelión sólo es aparente, pues el hombre nunca estuvo más cerca de la Naturaleza que ahora que ya no busca imitarla en sus apariencias, sino que hacer lo mismo que ella, imitándola en el plano de sus leyes constructivas, en la realización de un todo, en el mecanismo de la producción de nuevas formas.” “No se trata de imitar la Naturaleza, sino que hacer como ella; no imitar sus exteriorizaciones sino su poder exteriorizador.”

Sin duda Vicente Huidobro es un vanguardista, busca un lenguaje propio, jugar con los límites expresivos. Se sitúa de igual a igual frente al Surrealismo, Dadaísmo y otras corrientes de la época en boga en Europa. Se tenía fe el hombre. Él llama Creacionismo a su línea de pensamiento o teoría estética general, como solía decir. Pero lo muy propio de uno puede llegar a ser incomprensible para los demás. El lenguaje necesariamente es una convención social, un consenso para que nos podamos entender. Altazor avanza hacia la progresiva desarticulación del lenguaje. Al final es un grito, un alarido indescifrable, una cascada de letras cayendo por la hoja.

Huidobro es arrogante también. Se compara con Dios, se declara independiente de la Naturaleza. Sin embargo, nada escapa a la Naturaleza. La Naturaleza se sirve del Hombre para crear cosas nuevas, pero es la misma Naturaleza actuando. El propio Huidobro reconoce que, si bien el Poeta ya no debe imitar a la Naturaleza, tampoco escapa a sus leyes creadoras, es decir, está inmerso en ella, es parte de ella, “debe hacer como ella”. Y todos sabemos que no hay más dios que Dios. Ni pequeños ni grandes, solo Uno, el Único, el Pulpo.

Pero debemos conceder que Vicente lo logró. Cuando uno busca Altazor en Internet, todas las referencias principales apuntan a su creación. No existía antes. Él es el creador. Es un resultado es coherente con sus postulados. ¿O tal vez fue solo la Naturaleza que se sirvió de él para hacer su trabajo? No lo sabemos. Lo importante es que Vicente Huidobro alumbró un territorio de mayor libertad para la creación literaria, para la creación artística, que ilustra muy bien con su obra Altazor. Yo me quedo con las palabras de San Agustín: “Ama y haz lo que quieras.”

 

 

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